Ve Noticia, Oxkutzcab, Yucatán.- Heyber Antonio Castillo Tun fue sentenciado a 35 años en prisión por el asesinato de una joven en diciembre de 2017, hecho que sacudió las redes por su brutalidad y que cometió en el municipio sureño de Oxkutzcab.
La sentencia fue emitida por unanimidad por el Tribunal Segundo de Juicio Oral, instancia que también condenó al acusado el pago de más de un millón 600 mil pesos por el concepto de reparación del daño.
El acusado estuvo nueve meses prófugo hasta que fue capturado por elementos de la Policía Estatal de Investigación, en cumplimiento de una orden de aprehensión expedida por el Juzgado Primero de Control de Tekax, por el delito de feminicidio agravado, publica Notimex.
La causa penal señala que el 14 de diciembre de ese año, alrededor de las 19:00 horas el ahora sentenciado, acompañado de José Andrés N. T., una adolescente y otro sujeto apodado “El Chino”, se encontraban en un predio sin número de la calle 36-A de la colonia San Juan, en Oxkutzcab.
Castillo Tun estaba discutiendo con la adolescente, porque ella había salido del predio sin su autorización, y al preguntarle quién la ayudó a hacerlo, respondió que su amiga Imelda Alejandra.
El sujeto la obligó a que le llamara por teléfono para reclamarle y minutos después llegó al citado predio la joven. Castillo Tún salió y pagó el servicio al chofer mientras los otros individuos permanecían ocultos.
La adolescente salió por la ahora víctima y la llevó hasta el baño, en donde fue sometida por “El Chino” y José Andrés. Según los expedientes, Heyber sacó su pistola y disparó contra la pared para asustar a la joven y empezó a torturarla con colillas de cigarro y a propinarle golpes.
Posteriormente, el hoy sentenciado le puso a la víctima una sábana en el cuello y apretó hasta asfixiarla. Finalmente, al verla caer, le dio un disparo en la cabeza.
El Servicio Médico Forense de la Fiscalía General del Estado determinó que la causa de la muerte de la joven fue asfixia por estrangulamiento y después de fallecida recibió disparos de arma de fuego. El asesino fue a tirar el cadáver en un basurero clandestino y escapó, pero luego fue encontrado y sentenciado.